CRISIS DEL AGUA Y CAMBIO CLIMÁTICO

Estamos ante una crisis global del agua, que afecta tanto a la vida silvestre, como a los seres humanos, incluyendo la base de nuestro sustento: todo lo que comemos requiere agua. “El espíritu del agua” puede ayudar a despertar la conciencia respecto a estos problemas en niños y niñas, lo que es imprescindible para que como humanidad hagamos los cambios necesarios para enfrentar esta crisis. El camino señalado por el espíritu del agua finalmente es el que cada uno debe buscar desde su propio corazón.

El acceso a agua limpia siempre ha sido un tema en muchos puntos del planeta, también en Chile. A pesar de que en las grandes ciudades de nuestro país se cuenta con un buen nivel de sanidad respecto al agua, lo que se refleja en que hay agua potable disponible para la mayor parte de la población, hay muchas zonas donde esto aún no es posible, ni siquiera cercano. Muchas familias reciben el agua gracias al traslado en camiones aljibes o la sacan directamente desde cursos de agua sin ningún tratamiento para potabilizarla.

El cambio climático está complicando aún más la situación. Frecuentemente escuchamos hablar de severas sequías o de fuertes lluvias que provocan grandes inundaciones. O mucha o muy poca… nos alejamos del equilibrio. La falta de agua genera problemas serios para la producción de alimentos y también sanitarios para las personas. Según UNICEF cada día más de 700 niños menores de 5 años mueren de diarrea relacionada con la falta de agua, saneamiento e higiene. El exceso de agua en el caso de las inundaciones también es problemático, aumentando la incidencia de enfermedades infectocontagiosas que afectan directamente a muchos niños y niñas en el mundo, causando incluso la muerte de muchos de ellos.

Por otra parte, el aumento de la temperatura global está generando el derretimiento de grandes masas de hielos, los glaciares y los casquetes polares, que son reservas de agua dulce. Estos entregan agua a las cuencas hídricas en verano al derretirse, recargando los cuerpos y cursos de agua, y las napas freáticas. Junto con esto, el nivel del mar está aumentando, debido, por una parte, al derretimiento de grandes masas de hielos (glaciares y casquetes polares) y, por otra, debido al aumento de volumen producto de la elevación de la temperatura del agua de los océanos.

Este escenario es bastante negativo, los pronósticos de lo que viene en el futuro en cuanto a clima no son para nada alentadores. ¿Cómo podemos ayudar a los niños y niñas de hoy a prepararse para enfrentar lo que viene? De todas maneras, desde un punto de vista positivo, alimentando la esperanza. La invitación de este libro es a buscar en el propio corazón, cada uno debe buscar su camino y aportar con lo que cada uno tiene en su corazón, con lo que cada uno puede hacer, sin esperar que otros vengan a solucionar los problemas. Desde la propia individualidad sumada a la de los otros, como un gran equipo, podremos llegar a construir un mundo mejor.