Accesibilidad universal 5 – Planeta Sostenible

ACCESIBILIDAD UNIVERSAL: LECTURA MULTIMODAL

SECRETO ENCANTO

Texto de Gabriela Mistral
Ilustraciones de Nicolás Candia

Temáticas prioritarias abordadas: Inclusión; Convivencia y salud mental.
Incluye cinco cuentos en prosa acerca de temas humanos: igualdad, respeto, belleza, espiritualidad. Las diversas especies de plantas se revolucionan, quieren ser todas iguales en altura; las rosas se visten de espinas para evitar que las corten; el agua descubre que las feas raíces son prolongación de las bellas rosas; el cardo, despreciado por las flores más bellas, es el único que ha visto a Cristo en su pesaroso caminar; el charco de agua pútrida es redimido por el sol, a través del ciclo del agua.
Gabriela, gran conocedora del mundo infantil, personifica plantas y elementos naturales, contribuyendo a una auténtica comprensión de los pequeños lectores, estimulando la imaginación, el asombro y la admiración por la naturaleza. La ilustración enfatiza la magia y el sentido del humor.

FORMATOS MULTIMODALES


Lectura fácil

Texto del libro formato "Lectura fácil"

Por qué las cañas son huecas
Había una vez un mundo tranquilo de plantas que un día experimentó una extraña revolución social.
Se dice que las cañas vanidosas fueron los líderes rebeldes.
El viento, como maestro, propagó la idea, y pronto todo el mundo vegetal hablaba de igualdad.
Los bosques venerables se unieron a los bosquecillos locos en la aventura de luchar por la igualdad.

Pero, ¿qué tipo de igualdad buscaban?
No era sobre la consistencia de la madera, la calidad de los frutos o el derecho al agua.
Era simplemente igualdad en altura.
Levantar la cabeza a la misma elevación era el ideal.

El maíz no quería ser fuerte como el roble, solo quería mecerse a la misma altura.
La rosa no buscaba ser útil como el caucho, solo quería llegar a la copa alta y hacerla una almohada para sus flores.
Pero esta vanidad resultó ser un delirio, y los modelos se caricaturizaron al ser grandes en contra de la naturaleza.
Aunque algunas flores sabias como las violetas y los nenúfares hablaron de la ley divina y de la locura de la soberbia, sus voces parecieron locuras.

Un viejo poeta con barbas como ríos condenó el proyecto en nombre de la belleza y habló sabias palabras sobre la odiosa uniformidad en todos los órdenes.

Cómo lo consiguieron

Cuentan de extraños influjos.
Los genios de la tierra soplaron su vitalidad monstruosa bajo las plantas, y así ocurrió el feo milagro.
En una noche, el mundo de las gramas y arbustos subió decenas de metros, como respondiendo a un llamado de los astros.

Al día siguiente, los campesinos se desmayaron al ver el trébol como una catedral y los trigales como selvas de oro.
Era para enloquecer.
Los animales y pájaros estaban aterrados, perdidos en la oscuridad de los herbazales.

La Decadencia
Después de un mes vino la decadencia.
Las violetas, que gustan de la sombra, se secaron al estar bajo el sol.
Las cañas dijeron que no importaba, pero en el país de las almas hubo duelo por ellas.
Las azucenas, estirando sus tallos a treinta metros, se quebraron.
Las cañas dijeron lo mismo, pero las Gracias corrieron por el bosque lamentándose.

Los limoneros perdieron sus flores por el viento fuerte.
Adiós cosecha.
Las cañas rezaron de nuevo diciendo que no importaba, ya que los frutos eran muy ácidos.

El trébol se chamuscó y se enroscó como hilachas al fuego.
Las espigas ya no se inclinaban con dulce laxitud;
caían como rieles inertes. Las patatas, en lugar de vigorizarse en los tallos, dieron tubérculos raquíticos, parecidos a pepitas de manzana.
Las cañas ya no reían; estaban graves.

Ninguna flor se fecundó, ya que los insectos no podían llegar a ellas sin achicharrarse las alitas.
No hubo pan ni frutas para los humanos, ni forraje para los animales.
Hubo hambre y dolor en la tierra.

Las cañas, finalmente, cayeron marcando el desastre total de la teoría niveladora.
Sus raíces se pudrieron por la humedad excesiva que el follaje no dejó secar.
Se hizo evidente que, de sólidas que eran antes, las cañas se volvieron huecas.
Aunque se estiraron hacia arriba, hicieron un vacío en su interior y se volvieron irrisorias, como marionetas y figurillas de goma.

Nadie pudo defender la teoría, y esta quedó olvidada durante miles de años.
Solo los grandes árboles quedaron fuertes y de pie, porque no habían pecado.

La naturaleza, siempre generosa, reparó los daños en seis meses, haciendo renacer las plantas a la normalidad.
El poeta de las barbas como Nilos regresó después de una larga ausencia y cantó a la nueva era:

"Así bien, mis amadas. Bella la violeta por minúscula y el limonero por la figura gentil.
Bello todo como Dios lo hizo: el roble como roble y la cebada frágil".
La tierra volvió a ser buena; engordó ganados y alimentó a la gente.

Pero las cañas-caudillos quedaron marcadas para siempre: huecas, huecas...
Por qué las rosas tienen espinas
En tiempos pasados, las rosas eran como muchas otras plantas, consideradas comunes y plebeyas debido a su abundancia y lugares de crecimiento. Aunque hoy en día las vemos como princesas elegantes entre las plantas, no siempre fue así.

Dios, disfrazado de romero, caminó por la Tierra durante un día caluroso. Al regresar al cielo, expresó su preocupación por los caminos desolados de la pobre Tierra. Los caminos, castigados por el sol, eran feos con sus tapias terrosas y desmoronadas.

Dios decidió embellecer estos caminos sagrados que conectaban pueblos remotos y que eran transitados por personas llenas de esperanzas. Creó sauces inclinados que bendecirían con sus brazos, álamos largos que proyectarían sombra lejos y rosales trepadores, adornando las pardas murallas.

En ese momento, los rosales eran exuberantes y abarcadores. Sin embargo, el abuso del hombre hacia las cosas destinadas a su alegría llevó a la mutilación de los rosales y sus hermosas rosas en solo un mes.

Las rosas, al ser mujeres, no guardaron silencio sobre su martirio y llevaron su queja al Señor. Le hablaron con ira y tristeza, lamentando su mutilación y miseria a manos de ingratos hombres.

El Señor, compadecido, decidió darles defensa. Transformó las cortezas de los rosales, creando levantamientos agudos: las espinas. Aunque inicialmente había querido hacer la belleza fácil y benévola, tuvo que incorporar hostilidad y daño debido a la injusticia del hombre.

Desde entonces, las rosas tienen espinas como defensa, y el hombre, en su injusticia, llegó a afirmar que Dios borra la bondad de su creación.
La raíz del rosal
Debajo de la tierra y encima de ella, hay mucha vida.
Hay gusanos oscuros, raíces de plantas y ríos invisibles.
También dicen que viven gnomos, pequeñas criaturas barbudas y alegres.

Un día, un hilo de agua se encontró con una raíz de rosal.
El hilo de agua le dijo a la raíz:

Vecina raíz, pareces fea. ¿Qué haces con mi leche azul?

La humilde raíz le respondió:

Sí, sé que no soy bonita.
Trabajo duro para alimentar a mi cuerpo que busca el sol.
Le doy la leche azul que bebo para mantenerlo fresco.
Cuando te alejas, busco jugos vitales lejos.
Cuando crezca, verás mi belleza bajo la luz.

El hilo de agua, incrédulo pero paciente, esperó.

Cuando el hilo de agua creció y salió a la luz, vio algo sorprendente.
En el lugar donde estaba la raíz, había un hermoso rosal con flores rosadas que llenaban el aire con su aroma.

El hilo de agua reflexionó:

¡Dios mío! Lo que era feo abajo se convirtió en algo hermoso arriba.
A veces, la fealdad es solo el comienzo de algo hermoso.
El cardo
La charca